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La negociación es la parte más importante en el diseño.

Una reflexión que invito a cuestionar.

Elba Sindoni
3 min readApr 4, 2021

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Luego de un tiempo de análisis e internalización sobre lo que está ocurriendo con la UX en diferentes mercados laborales, podría mencionar lo siguiente:

La UX está sesgada a la organización a la cual se le desarrollen estrategias de mejoras o implementación de experiencia. (Posiblemente digas, sí, ya lo sabía, pero ¿Eras consciente?)

Pero, ¿Por qué toco este punto?, muchas veces pensamos (incluyéndome) que las mejores experiencias de usuario eran o son independientes a la organización.

Es decir, se buscaba la globalidad de “todos los usuarios” o esta iba más allá del concepto de producto o servicio, sobre todo, porque siempre hablamos de lo que menciona Don Norman (por ejemplo) como lo que debería ser “correcto”, pero que en la práctica difiere bastante.

También podríamos pensar y poner sobre la mesa que la experiencia de usuario se enfoca en la propia experiencia de la empresa, en lograr sus objetivos comerciales por encima de la satisfacción del usuario en cuanto al logro de sus propios objetivos.

Y es que claro, los usuarios tienen objetivos intrínsecos que lograr con lo que “Yo empresa” puedo ayudarte a resolver esto, pero muchas veces lo vemos más desde el lado “money honey” que en generar un valor real que impacte en la vida de las personas.

La negociación

En este punto de la historia, la conversación y el diálogo son importantes para poner en la balanza los múltiples objetivos sobre lo que realmente es importante y así acordar lo mejor para ambas partes.

Podemos hablar del diseño como una negociación constante, ya que como representantes y voceros de los usuarios tenemos la responsabilidad de velar por las necesidades de estos, si no nuestra función dentro de este ecosistema ágil y tecnológico claramente no tendría un propósito de existencia (al menos así lo veo).

¿A qué quisiera llegar?

Es muy lindo romantizar la labor o la práctica como diseñadores de ser los “traductores” de los usuarios sobre sus diferentes necesidades, pero como converge esto con la realidad si es que no sabemos o entendemos como sopesar la relación real entre usuario-empresa con acuerdos claros donde no haya ni ganadores ni perdedores, solamente personas satisfechas.

Quizás este artículo sea muy general, pero enmarca una idea que es importante y necesaria en el diario del desarrollo de un producto, hablando desde la concepción hasta su salida a producción.

¿Qué es lo realmente importante?, ¿Qué podemos hacer?, ¿Qué podemos dejar ir?, ¿Cómo esto resuelve y ayuda a la empresa donde trabajo?

Pueden ser muchas las incógnitas que nos persigan a la hora de justificar decisiones de diseño, sin embargo, es necesario internalizar que por diversas razones el diseño no es absoluto y parte también de lo que “negocio” esté dispuesto a dar, al final, es un trueque entre beneficios y satisfacción entre individuos.

¿Qué opinas?

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